El 9 de
noviembre de 1910 nacía en Turín, Italia Eugenia Sacerdote de Lustig, que
moriría 101 años después, el 27 de noviembre de 2011 en Buenos Aires. La
Doctora Lustig fue una de las mujeres investigadoras más importantes del país y fue nombrada
en el año 2011 como Prócer de la Medicina del Bicentenario, entre muchas
otras distinciones que recibió a lo largo de su vida en reconocimiento por su labor científica y su compromiso social.
Investigadora Emérita del CONICET, trabajó en
el laboratorio hasta después de cumplidos los 80 años, cuando debió abandonar
su labor científica debido a la disminución de su visión. Sin embargo, el vínculo
con la ciencia fue constante hasta sus últimos años, formando investigadoras e
investigadores del más alto nivel.
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Lustig en su laboratorio. Fuente:http://www.cienciaenlavidriera.com.ar/wp-content/Sacerdote-laborat-foto-cedoc.jpg |
La Dra. Lustig fue una de las primeras
mujeres médicas de Italia, graduándose de la Universidad de Turín en una época
en la que pocas mujeres accedían a la educación superior debido a trabas
sociales, familiares e institucionales. En palabras de
Lustig:
“Yo estudié en un liceo femenino que no me daba la posibilidad de
ingresar a la universidad; no tenía matemática, ni química, ni física. Así que
a los 17 años me encontré con que pese a haber terminado el liceo, no podía
hacer nada. Luego mi hermano tuvo un accidente y yo lo cuidé durante
tres meses en el hospital. En ese momento me nacieron las ganas de estudiar
medicina. Para poder ingresar a la universidad, comencé a estudiar lo que me
hacía falta junto con mi prima Rita Levi Montalcini, quien más tarde ganó el
Premio Nobel de Medicina. Hasta tuvimos que aprender latín y griego. Pero nos
esforzamos y pudimos aprobar todas las materias libres, y con los mejores
promedios”
Homenaje a la investigadora realizado por la asociación Amigos de la
Universidad de Tel Aviv en Argentina
Después de su graduación, ingresó en la
cátedra de Histología de la Universidad de Turín. Sin embargo, debió inmigrar
al país por las persecuciones raciales del régimen fascista de Mussolini. De
origen judío, Eugenia llegó a Buenos Aires junto con su marido e hija escapando
de las prohibiciones que impedían trabajar a los judíos.
Tras su llegada a Buenos Aires en 1939, tuvo
problemas para que le aceptaran los títulos extranjeros como válidos: debía
volver a rendir los exámenes de todas las materias, incluso las materias de la
escuela primaria y secundaria. Como en ese momento nacieron sus otros dos
hijos, la Dra. Lustig dejó pasar los años, pero cuando se abrió un concurso en
la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, el mismo Arturo
Frondizi convalidó su título, permitiendo su ingreso en la Universidad. Fue así
que se incorporó a la cátedra de Histología, donde introdujo el cultivo de
células normales y tumorales vivas in
vitro, siendo una pionera en el uso de esta técnica en América Latina. Esta
técnica, que no era utilizada por los científicos locales, permitió que
comenzaran a estudiarse diferentes tipos de virus y tumores en el país. Fue
pionera, también, en varias líneas de investigación sobre el cáncer en el
Instituto de Oncología Ángel Roffo donde formó un grupo de investigadores
abocado a ello.
Fue una de las principales
figuras en la lucha contra la poliomielitis, durante la epidemia desatada en
1956 y fue enviada a distintos países para investigar la producción de vacunas
contra esta enfermedad. Durante la campaña de vacunación, mostró su compromiso
personal al inocularse la vacuna en público “para dar el ejemplo”, inmunizándose
primero ella y luego a sus tres hijos. Su compromiso personal y su calidad como
persona y maestra son destacados por discípulos
y colegas cuando reconocen la entereza e inteligencia con la que debió
enfrentar los prejuicios y trabas que su condición de judía y mujer le
impusieron.
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