viernes, 14 de septiembre de 2012

Los mamuts sacados del freezer

Desde hace unos días, en diversos medios se comenta la aparición de restos de Mamut en Siberia a partir de los cuales se podría llegar a clonar un ejemplar de este superelefante, extinto ya hace varios milenios (la mayoría hace unos 11000 años, aunque quedaron algunas poblaciones aisladas que resistieron más tiempo). Más allá del sensacionalismo (con una simple búsqueda de noticias en google podemos ver que el hallazgo de células de mamut sumado a una clonación inminente vienen siendo "noticia" desde 2005), es cierto que existe la posibilidad de traer nuevamente a la vida animales extintos mediante la técnica de clonación. De hecho, en el año 2003 nació en España un ejemplar de Bucardo, una subespecie de cabra montés extinta hacía ya unos años obtenida mediante clonación. Lamentablemente, el animal murió a los pocos minutos y el proyecto no reflotó.

Dibujo de un mamut lanudo
El proceso de clonación para el mamut sería el mismo que el utilizado para la cabra española, el mismo que se usó para clonar a la hipermediática diva ovina Dolly en el año 1997. ¿Y cómo se logra eso? Acá lo importante es la información genética, el ADN, que contiene las instrucciones necesarias para generar un ser vivo. Esta información está concentrada en los núcleos de las células de los organismos, por lo que, para clonar un animal, debemos conseguir primero sus células. En el caso de Dolly, estas células fueron tomadas de la piel de una oveja. Pero aquí se presenta una gran dificultad, cuya resolución es lo innovador del caso Dolly: las células adultas, si bien comparten la misma información genética, poseen ciertos genes apagados y ciertos genes prendidos, dependiendo de su función. Claramente, hay grandes diferencias entre una célula de la piel y una del hígado. Entonces, ¿como poder crear un organismo desde cero con una célula de la piel, que si bien tiene toda la información genética, presenta un alto nivel de especialización? La respuesta está en las células sexuales de la hembra, los ovocitos (aquellas que el espermatozoide fecunda para formar la primera célula del embrión). Los creadores de Dolly, del Instituto Roslin de Escocia, lograron quitarle el núcleo con el ADN a un óvulo (ovocito) de oveja e insertarle el núcleo de otra oveja, el clon de Dolly. Trabajos de laboratorio mediante, se logró multiplicar esta primera célula de Dolly para formar un embrión de cientos de células. Este embrión se colocó en el útero de otra oveja, madre sustituta, y a los meses nació Dolly, junto con los miedos éticos y predicciones catastróficas de que la próxima estación sería la clonación de seres humanos, cosa que hasta el momento no se puedo probar, además de encontrarse prohibido en la mayoría de los países.
Cría de mamut encontrada en 2009 por una expedición en el ártico

Para el caso del mamut entonces, su clonación sería posible de la misma manera. Recuperando células en buen estado del animal y fusionándolas con el óvulo de una especie cercana al mamut, como el elefante. La reprogramación no está en absoluto garantizada por ser ambas células de animales distintos. De lograr llegar a un embrión, aún queda la incógnita de quien sería la madre sustituta, ya que no tenemos ningún ejemplar de mamut vivo. Nuevamente, la opción sería una elefanta. Como antecedente interesante se suma a la breve vida del Bucardo casi recuperado la clonación de ratones en Japón a partir de células obtenidas de roedores congelados que habían muerto hacía 16 años. Por lo tanto, es posible obtener clones de ciertos animales muertos y preservados por congelamiento por un lado, a la vez que es posible clonar animales ya extintos. 

Finalmente, no es condición excluyente ir hasta Japón para clonar animales muertos. Aquí en Argentina, por la módica suma de 120.000 dólares podemos clonar a nuestro caballo preferido hasta 48 hs despúes de muerto.

Galo E. Balatti

Imágenes:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a0/Mammouth.png?uselang=es
http://s.ngm.com/2009/05/mammoths/img/mammoth-615.jpg


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